La higuera de las vanidades

Y claro, sólo puede dar higos chungos de esos. Si no que se lo digan a Alba G. Sanz -una de las alma mater de la revista Hesperya- que ha tenido que colgar un Aviso para escritores en su blog por recientes egos ofendidos desde las grandes esferas.
En fin, Alba, qué halago ese de perturbar la paz de quien vive dentro del laberinto de la escritura, rozándose con el hielo de las frutas ahora que es octubre y que no vive como mileurista. Pero no vamos a contar cuentos, ni a ser malvados. No más de lo normal, vaya.*


*Sí, en este texto hay pistas, no es que me haya puesto lírica, válgame.

6 comentarios:

Anónimo | 8 de octubre de 2007, 9:19

A mi me parece tan bueno que esta persona que se ha sentido ofendida (ejem...) no tenga más cosas de las que preocuparse en su vida que leer todo lo que escriben los demás sobre ella...

Anónimo | 8 de octubre de 2007, 11:38

echarle huevos y decir de quién habláis que no me entero de nada

Brasas

Anónimo | 8 de octubre de 2007, 13:11

juas, juas, madame sofía, muy atinado el post y la fina, finísima e irónica reflexión...

Miguel Barrero | 8 de octubre de 2007, 14:37

Digamos que sus iniciales, por lo que creo entender, serían E. F.

Anónimo | 8 de octubre de 2007, 14:39

¿Tendrá gusanaco la fruta helada?
Más blanco y en botella que como lo pones... Con todo, yo me he tomado alguna caña con la susodicha y es hasta maja.

Anónimo | 9 de octubre de 2007, 13:36

vale, ya lo pillé