Carta a E.


Freno hoy aquí, E -mientras duermes la siesta con esas gotas de sudor que el sueño te deja como un beso en la frente- porque algún día es necesario. Desde antes de que nacieras el mundo se ha vuelto una palabra difícil de explicar. Difícil por tan cambiante. Quisiera darte las certezas que me dieron al nacer, al ir creciendo a la orilla del mismo mar en el que ahora tú creces. Pero no me veo capaz, porque este mundo me deja pocas certezas y las que me deja no son tan fácilmente traducibles al lenguaje que ya vas entendiendo aunque aún no practicas.
En esta semana en la que se suman desastres, dolores, pérdidas, de las que aparecen en los periódicos y de las que no; en la que el miedo mata, y la precariedad mata, y la desinformación mata; en esta semana asumo una decisión que no deja de ser un gesto pequeño, un gesto que cuando leas esta carta resultará probablemente irrelevante, si es que para entonces aún seguimos entendiendo la "relevancia" de esa manera tan accesoria. 
En esta semana sumo mi nombre al de compañeras y compañeros valientes y tenaces, brillantes y coherentes. Personas que llevan tiempo queriendo hacer algo más que decir que las cosas estaban mal. Que comprendieron los fallos y han querido ponerle freno. Presentarse con sus nombres y sus rostros en pro de un proyecto común, que hace meses que nos ilusiona. A mí, a tu padre, a tantas personas que tienes cerca y que te quieren. A personas que aunque están a muchos kilómetros han dado el mismo paso en sus ciudad, en sus pueblos. 
En esta semana participo en la suma, porque hay quienes se empeñan en restarnos. En querer restarte a ti también, antes de poder ser. No frunzas el ceño al leer esto (si es que has cogido alguno de mis vicios), no te tengo de justificación para hacer lo que hago, para este paso -o para otros pasos. Pero lo que hago, lo que hacemos, sí tiene vocación de futuro. De hacer porque el futuro nos pertenezca. Y tú, E, pequeño animal dormido y feliz en esta tarde de marzo, eres futuro. Y eres, además, el futuro que más me importa. (Tomemos esta última frase como una licencia que da la crianza, que de alguna manera se puede cobrar una las noches en vela). 

Te escribo -y quién sabe cómo serán las cosas cuando leas esta carta- porque esta que soy hace lo que hace, con sus márgenes de error, que estaría bonito dárselo a la ciencia y no a las personas. Márgenes de error en los que estar alerta, pero con tanta voluntad de acierto… Por esto hoy mi nombre entre las trabajadoras y honestas personas que conforman la lista de Somos Asturies, en este proceso de primarias de PODEMOS. 
Y ojalá, estos nombres signifiquen algo cuando leas, entonces, en un tiempo, esta carta que hoy escribo porque quiero que hablemos un día de todo esto. 

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