Funerales

Dice Elsa López en "El Testamento":

"Y si se ponen tristes, ya lo ves, si hay resto de tristeza,
no habrá razón que el alma no alcance a comprender.
¡Son cosas de la vida!
Y si alguno se empeña en decirme una misa
o dos, llegado el caso, porque tiene fervores
o pretende dejarme encomendada al cielo,
que me encargue La Brevis en do mayor de Mozart
para paliar el rito y que nadie se ofenda.

No debes molestarte.
Que te pones muy bronco con los temas del cielo
y nunca es para tanto.
No vayas si no quieres.
Ellos son como niños y creen en esas cosas."

El poema está en Travesía, Hiperión 2006, y ganó el XIII Premio Ciudad de Córdoba "Ricardo Molina"

Visto lo visto, no quiero funerales ni entierros. Que se junten quienes quieran recordame con cervezas, con dulces, con poemas y con historias bonitas. Y que canten, o no, o lo que quieran. Pero nada más.

1 comentarios:

Anónimo | 20 de enero de 2007, 13:46

Mio pappa, que no es duende pero sí bastante ateo, siempre dice que cuando le velemos, pongamos muy alto el requiem de Mozart y procuremos reírnos, no obstante, bastante fuerte.

Otra vez estuve en un funeral que fue ir de monte y luego a tomar sidras y cantar al bar preferido del que se había quedado descansando junto a un roble.

Yo lo que no quiero es que nadie sienta que hay que ir a ponerle flores a una piedra.
Mejor que me piensen un poquito.
A poder ser con cachondeo.