Manual para el jueves ( IV )

Café descafeinado
para una mujer que tiembla
y está sola
en ese lugar de la nostalgia
y el deseo silenciados.

Para una mujer que escribe
en las hojas que se le marchitaban
al amor cotidiano,
para una mujer que sueña
anhelos que nunca se cumplen.

Café descafeinado
para una vieja loca
que se inventa la vida de los muertos
leyendo lápidas.

Para una mujer que dice que se aburre
y se pone a llorar a cada rato
y grita por las noches
porque imagina
arañas de metal
en la paredes.

Café descafeinado
para que, al menos,
su corazón lata despacio
y pueda disfrutar del sol
por las mañanas.


de Ana Merino, "La voz de los relojes", Visor, Madrid, 2000.

1 comentarios:

Anónimo | 8 de marzo de 2007, 9:17

Verse tan reflejada en un poema da mucho miedo ...