III

¿Qué es lo que queda de uno
cuando sale a buscarse en las estrellas?
¿Era yo el que vagaba por la noche en busca de un sentido
que explicara lo más pequeño y lo más grande,
o era yo aquél que estaba en la playa besándote,
sin preguntarme nada excepto cuándo y por qué dejaría
de olerte y respirarte? ¿O era yo lo que tú
escribías que era —con conchas y maderas y el talón de tu pie—
sobre la arena húmeda? Amor
y soledad, ¿no son lo mismo?
Mis noches siguen persiguiendo un cuerpo
de estrella, luminoso y lejano si se le mira en la distancia,
mas calcinante si se vive en su centro: soledad
y amor, lo que me invita a mirar desde arriba lo que soy
y aquello que me fuerza a ser mientras me arranca
los ojos con violencia. Y, sin embargo, sé
que lo que soy no estaba
en mis manos repletas ni en mis manos vacías,
sino en esa nostalgia que tampoco es nostalgia
que tenían las unas de las otras.

de Jesús Aguado, Libro dehomenajes.

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