La soledad es una enfermedad de la piel

De noche silban los imanes de la destrucción.
El mismo viento que hoy nos arranca de raíz
nos cose con doble hilo al viento de la mañana.
Somos manchas minúsculas bajo el tachón de la noche.
La ciudad donde caminamos es un zapato que aprieta demasiado.
Un aire sin cielo nos delata, nos viste para la desesperación.
Perdidos para siempre los planos del hombre
uno a uno se van cerrando todos los poros.
Nos hacemos impermeables en la soledad:
dentro de la piel no viaja nadie;
fuera de la piel, nadie nos ve pasar.

de Jesús Jiménez Domínguez, Fundido en negro, DVD Ediciones, 2oo7.

1 comentarios:

Santiago Bertault | 29 de mayo de 2008, 8:22

Cuando vamos a afanar
Mejor que nadie nos vea pasar