II

Imaginar, por qué no, que mezclamos los cuerpos
en una noche de verano eterna.
Rozar la piel como la narración inacabada.
Las frases. Las preguntas retóricas. La ironía.

El deseo recogido en la memoria que impacientemente lento.
Sospechar, tal vez, que pudo ser alguna trampa.
Pero la pasión es una orgía hecha de sílabas.
No es un estado, es un peligro en espiral.

Voz que grita, instinto, movimiento, alianza.
Fuerte y firme.
Déjame que sea
piedra
y agua
al mismo tiempo.

de Sara Herrera Peralta, La selva en que caí, Ed. Torremozas, 2oo7.

1 comentarios:

Anónimo | 27 de junio de 2008, 13:53

Encantada, Sofía, y gracias. Soy fan de tu blog... y espero aún impaciente tus Últimas cartas a Kansas. ¡Ojalá me lleguen pronto! Felicidades, atrasadas, por el premio y la posterior gira... ¡Viva, viva, viva!