Un día los terroristas
lo verán claro:
el momento en la cola antes de abrir las puertas,
cuando no hay azafata pero todo el mundo en pie;
las cafeterías con toblerone
a igual precio del aire;
la exención de impuestos.
Todo lo que te pido es:
no me llames
a la misma hora de ayer,
no repitas
ni una sola palabra.
Sólo las costumbres hacen frágil
al animal implume.
de Laura Casielles, Soldado que huye, Hesperya, 2oo8.
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