Por favor, no molestar

La areola de tu pecho en mi lengua;
los suburbios de la ciudad; un espejo
con sus dos verdades -el reflejo y el silencio-;
yo, pronombre que nunca sé si me dice
o me oculta; un ser humano, falible, terco,
que siempre vuelve al lugar del crimen:

el arte tiene raíces impuras, búsquedas
o huidas a las que pones aumentos de lupa
para fijar lo que está pasando ahora que
el mejor poema es un letrero en la puerta.

de David Mayor, En otra parte, Pre-textos, 2oo5.

0 comentarios: