Cosas que ahora no pasan
En tiempos de crisis me acuerdo de aquella anécdota - siempre de dudosa fiabilidad- de Espronceda, que lo sitúa en un puente, camino a Portugal, y que afirma que entonces el poeta arrojó al agua la última moneda que le quedaba, en símbolo de no deber nada a nadie y menos al pasado.
1 comentarios:
Espronceda, oh, sí. El mejor de los mejores :)
Yo me acuerdo lo que nos contaban en el Calderón, que suerte que se había muerto joven, porque había empezado a especular con la patata y ya no era el mismo que había tirado la moneda...
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