Porque me quedé con las ganas (I)

El viernes pasado, mientras nos colocábamos en modo paredón cinco de los autores de La edad del óxido y Rafael Reig -maravillogenoroso prologuista-, descubrimos que no había nadie para presentarnos, aunque fuera brevemente, así que una, que es muy (pringada) sufrida, se vio en la cosa de improvisar unas palabras sobre personas, que además de todo lo que hacen, son buenos amigos.
Por eso, ahora, con algo más de tiempo y alguna mirada menos que apremiarme, he decido saldar la cuenta que yo misma me tenía guardada.

Laura Casielles
Decir que nació en el 86 en Siero es contar sólo una parte, porque ella es de las que nacen con cada ciudad, o con cada viaje, que en su caso son tantos nacimientos como sonrisas encajadas con ganas en su rostro. Enumerar premios, menciones, reconocimientos, es sólo un peldaño, y ella sabe que la escalera es de caracol y que el edificio no por antiguo -siempre son más bonitos los edificios antiguos, y antiguo es todo aquel edificio que tiene una historia (una de enamoradas azafatas de Iberia, una de gatos en buhardillas, una de piratas)- es menos alto. Es importante decir que conoce varias lenguas -que es de patria lingüística una trashumante del francés, el inglés, el árabe o el chino-, pero aún más revelar que sabe el significado de palabras ocultas, hasta dónde le crecen las piernas a la utopía, cuántas cuentas de colores equilibrarían la balanza de la belleza, qué estrategias habitan en los diccionarios para esconder de la mirada la palabra esperanza.
Dicen que huye, como el soldado, y que por eso llega a otras batallas. Y este es sólo un capítulo de una historia que en realidad despista, porque ella aprendió hace tiempo que en el viaje nos enfrentamos al enemigo, el que se nos cuela en la mochila, el que aparece tras el penúltimo mordisco del toblerone antes de embarcar, el que sigue colgado del manojo de llaves de cada puerta nueva que abrimos.
Es la pensadora sedienta, la poeta pintora, la periodista sincera, la buscadora incisiva, la portadora del calor como una noticia esencial.
Resaltar que una vez hizo danza explicaría cómo son sus pasos. Pero, ya lo saben, eso sería sólo una parte. Para lo demás, necesitan seguirle las huellas.

1 comentarios:

lau | 12 de mayo de 2009, 3:34

=)
Toy colorada.