Tu llegada, tu falda, tu mirada.
Mi deseo, mi tú, mi aquí, mi cuándo.
Media hora de tibias amenazas
y un segundo de adiós sin decir nada.
Yo quisiera saber
por qué el hombre con sed
se ahoga luego
en un vaso de agua.
de Fernando Beltrán, Bar Adentro, El barco ebrio, 1997.
1 comentarios:
qué gran verdad!
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