¿Iconoclasta con quién?
Sí, durante el Encuentro Interestelar de Bloggers -donde tuvieron a bien invitarme- se iban exponiendo y comentando blogs muy molones, referenciales, polémicos... Y ahí andábamos el gato y yo, increpando y mareados, diciendo "¿qué hacemos aquí? porque nosotros nos molamos, pero eso tiene un alcance pequeño". Entonces llegó la pregunta: ¿y yo por qué tengo un blog? Decir por qué es decir para qué.
Me hice un blog por tres motivos, los tres motivos por los que todo el mundo se hace un blog: la tele, mi abuela Tina y mi amor propio.
Esto es, yo había estado trabajando en Teleasturias, haciendo lo que me daba la gana, cosa que jamás volvió a pasar y quise seguir haciendo lo que me daba la gana: compartir lo que me mola, ignorar lo que no, rajar de aquello que seguro que no.
Por otra parte, mi abuela Tina es una mujer muy moderna. Vive en la montaña pero tiene Internet. Y de hecho yo me hice perfil de Facebook por tener la boca muy grande y decir que lo haría cuando lo tuviera ella. Le faltó tiempo y ahora yo también tengo un perfil de Facebook.
Además de esto, yo hago cosas. Escribo, he publicado algún libro, hago vídeos. Y pienso que todo eso mola. Es decir, me molo, vaya. Y además se me ocurre que lo mismo a alguien más le molo. Total, que lo subo.
Tengo un blog por el mismo motivo que lo tiene todo el mundo: porque quiero hacer lo que me dé la gana, porque quiero comunicarme con gente impensable (como mi güela) y por mi maldito narcisismo. Tener un blog es entonces como llamar mucho por teléfono, como tener un psicoanalista y un publicista. Igual en nada de eso soy la mejor, pero me sale a precio de conexión, lo que sin duda es mucho más barato.
Me molesté en construirme una identidad. Es decir, guay: voy a elegir, no sé, Jenny Jirones. Es chulo, porque suena raro. Mola, porque es de hecho un personaje menor de la serie Lucifer, algo así como la princesa del caos (es decir, cultureta, un poco friki: guay). Pero dio igual, porque todo el mundo (todos los que pasaban por MundoIconoclasta) asumieron que era mi blog, el de Sofía Castañón, y lo del avatar se me fue a tomar vientos. Esto es por el rollo de lo glocal: finalmente nos importan las cosas desde lo cercano, los contenidos se piensan hacia lo próximo, aunque su proyección sea global. Y claro, lo glocal era precisamente lo que me interesaba, era de lo que podía hablar y, más aún, de lo que quería hablar.
Así que nos quedamos por aquí, el gato increpador (que las lía y luego me deja a mí los marrones diplomáticos) y yo. De momento. Pese al descreimiento con el soporte, pese a la saturación. Pese a que a veces esto, que era para matar el aburrimiento (claro, eso no lo dije, ¿no?), también me aburra.
Y tú, lo de siempre. Si te gusta, quédate. Si no te gusta, date una vuelta por otro lado, que la blogsfera es frondosa y no se trata de perder el tiempo.
6 comentarios:
buenazo!
Recuerdo verte en ese programa de TeleAsturias hace unos años. Y te redescubrí gracias a mi interés por las letras en general y por los jóvenes poetas asturianos.
Yo también espero estudiar filología hispánica (o lo que el plan Bolonia [Boroña] ha creado)en Oviedo el próximo año.
como si aún estuviera en gijón...
A mi me gusta. Me gustó siempre así que me quedo ;-)
No se me ocurren mejores motivos para tener un Blog...
No se me ocurren mejores motivos para tener un blog...
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