Falar

Por cosas que aún no entiendo tengo más de 1600 amigos en Facebook. No sabría calcular qué porcentaje no conozco, no sé quiénes son y lo que me une a ellos es un hilo endeble de supuestas afinidades. No sé por qué, llegados a este punto, no acepto indiscriminadamente a los (tampoco lo entiendo) casi 600 usuarios que me han pedido amistad. Es difícil, creo, mantener unos principios -los propios, al menos- en las redes sociales. Hay un poquito de absurdo, de casualidad, de despiste. No es grave. No es nada. Sí es fácil mantener los límites. Los límites siempre son menos que los parámetros. Los límites hacen que salten alertas claras.
Hará un par de semanas eliminé a un contacto. Ya, sí, todo el mundo lo hace. No me creo tan importante. Yo no lo había hecho hasta ahora por no saber muy bien en qué basarme (igual que en muchos casos no sé en qué basarme para aceptar). Arbitrariedad. No importa. Pero hace un par de semanas eliminé a un contacto al que sí conocía, y en persona. Al que no llamaría amigo, como se usa la palabra en el suelo y no en la red, claro. Como a tantos. Lo eliminé porque rebasó mi paciencia. Supongo que le quemaban muchas cosas. A toda la gente en las redes sociales nos queman muchas cosas. Igual no nos queman en exceso, igual es sólo un picor. Pero hay un hueco en blanco que te dice "cúbreme, relléname, hazme". Siempre tenemos una opinión que compartir. Incluso de aquello de lo que nunca habíamos tenido una opinión. Todas las opiniones son respetables.
Sí.
Todo trabajo creativo es respetable. Claro.
Pero no me hagas tragarme el trabajo de creación de Andy y Lucas, porfa.
Toda opinión es respetable.
Venga.
Pero voy a garantizarme a mí misma el respeto de no tener que conocer todas las opiniones.
Al menos cuando éstas vienen motivadas por la ignoracia, la intransigencia y, las más de las veces, la envidia.
Vivo en una tierra que habla dos lenguas. Las dos las habla de muchas maneras. Todas están bien, porque no creo que exista eso de "hablar mal", si es que la lengua es de quien la usa. No todas, las maneras, son académicas. Muy pocas. Los informativos, quizás (y quiten, por favor, la sección de deportes, que las patadas no son sólo a los balones). Vivo en una tierra donde se habla en castellano y en asturiano. Aunque lo que más se habla es el amestao, que coge de una y otra. En esta tierra, sólo una de las dos lenguas es oficial. Los que hablan asturiano quieren que se reconozca que hablan una lengua, y no un dialecto, y no que "hablan mal", como se decía. Sin más. No quieren forzar nadie, no quieren quitarle las subvenciones a nadie, no quieren quedarse con no sé qué pedacito de qué pastel, porque no entiendo ninguna esas absurdas críticas.
Y como pasa con las lenguas, el asturiano se usa. Se escribe en asturiano. Se componen canciones en asturiano. Y a veces se hacen conciertos en los que se canta en asturiano para recordar a quienes se empeñan en negarlo que aquello que se habla existe.
Supongo que debió sentirse muy discriminada la persona que comenzó a soltar barbaridades en su muro sobre lo incultos y paletos que eran los que se expresaban en asturiano. Supongo que debió sentirse muy ignorada para no despeinarse al demostrar en cada frase que no tenía ni idea de lengua, de cultura, de sociedades y que cualquier conocimiento relacionado con esto no le sonaba ni de referencias. Dicen que la envidia es mala y la ignoracia muy atrevida.
Y a mí los valientes intolerantes me molestan hasta en la distancia y hasta el aburrimiento.

Por eso, y porque estos días acabamos la realización de la III Gala Xixón fala n´asturianu, dejo aquí este vídeo, para quien quiera disfrutar de Anabel Santiago, Alfredo González, La Tarrancha, Tuenda y Cellero. Que no estaban ahí por el hecho de falar una llingua. Estaban ahí porque son muy buenos expresándose en esa llingua.




(que digo yo que después de este post, algún troll se dejará caer, ¿no?)

7 comentarios:

Traubert | 16 de marzo de 2011, 6:46

Aplausos

Ignacio J. Rivas | 16 de marzo de 2011, 9:21

muy clarito! Y de acurdo contigo!

yolanda | 16 de marzo de 2011, 11:34

Me ha encantado tu texto. Ojalá todo el mundo defendería así la lengua, sea cual sea, para que pudieran pervivir. No sólo la lengua, sino a las personas. Es un texto genial
Un abrazo y en asturiano también (aunque no se cómo es je).
Yolanda

Manolo Arana | 16 de marzo de 2011, 14:30

A mí me lo vas a contar, lo de "hablar mal", digo. ya sé que lo del andaluz es un caso diferente, pero cómo me revienta que nos pongan de catetos... total, que estoy contigo!

A.Garrote | 17 de marzo de 2011, 4:14

Pues yo creo que sí que hay mucha gente que está ahí por hablar en asturiano. Es más, creo que sí que hay mucha gente que nunca ha hablado asturiano y ahora lo intentan por aquello de la (im)postura. Es más, creo también que a quienes defienden la oficialidad habría qué preguntarles para qué la quieren porque sospecho, y solo lo sospecho, que sí que hay algo de pastel, de subvención, de discriminación, de diferenciación política...

En el caso de Anabel o Alfredo indudablemente están por su calidad, ni me lo pienso. Los otros grupos los conozco menos. Pero esta realidad no niega la otra.

Un saludo.

Jenny jirones | 17 de marzo de 2011, 4:47

Aplausos a usté, señor González.
Gracias, Ignacio. Y gracias, Yolanda.
Ay... qué le voy a contar, mr Chichimeco... ;)
A.Garrote, en el caso de este post mi "ahí" hace referencia a la propia gala. No sé si tú haces referencia a la misma, diciendo "ahí", y en ese caso, como a los otros grupos no los conoces mucho, te animo a que los veas y escuches (tanto La Tarrancha como Tuenda son dos excelentes bandas, en mi opinión, y Cellero un humorista bastante mejor que la mayor parte de los stand up comedys de "humor inteligente" con los que nos martillean en los últimos años).
Por esto mismo, de verdad, échales un vistazo y así, al menos, podrás crearte una opinión.
Si el "ahí", por otra parte, es más general, entoces, te doy la razón. Ahí, en la cosa del asturiano. Y en la cosa del arte en general. Y en la cosa de la solidaridad. Y en la cosa del catolicismo. Y en la cosa de la asociación de vecinos de mi barrio, fíjate.
Que hay gente que se sube al carro para rascar, pues claro, vaya. Desde que caí en la cuenta estoy llevándome las manos a la cabeza...
Quiero decir, ya sin sarcasmos, que habrá de esos que dices (aunque las aconsejaría que se buscaran otra im/postura más jugosa que esta), como los hay en todas partes.
Ni representativo, ni sintomático.
Imposible negar esa realidad, pero injusto destacarla como si en el resto no ocurriera. Seamos serios.
Gracias por tu opinión, vaya por delante (aunque lo ponga por detrás).

Raquel F. | 18 de marzo de 2011, 11:55

Lo más importante del asturiano es que lleva consigo una cultura increíble detrás. Hablar en asturiano es es oler la lluvia y ver el barro "pegao" en las madreñas, y sentir el calor de la cocina de leña en pleno invierno. Hablar en asturiano es recordar hazañas, aventuras e historias que Asturias nunca volverá a vivir. Lástima que la ignorancia haga que la gente se quede en la superficie, y que esos que afirman que el es una lengua de "paletos" sean bastante más incultos que esas personas que hablan el asturiano ORIGINAL (ese que está ligado a una cultura a la que antes hacía referencia).
Como muy bien has dicho, es envidia. Envidia por tener raíces, "semeyas" de toda una vida grabadas en las palabras.