Ρεαλιστές
(Realistas)Éramos todos realistas, sólo que la realidad.
Éramos todos realistas, sólo que nadie
se esperaba semejante Espejo, nadie apretó
el botón del Ascensor. Éramos todos realistas
pintores surrealistas ladrones sacerdotes funcionarios
suicidas parados chamanes. Y todo era real.
No hay por aquí un aullido tan ahogado. No hay
nadie por aquí tan demente tan ingrato tan amnésico.
¡Qué realismo más agudo,
qué desprevenidos venimos, qué despeinadas
están las palmeras!
Se ha puesto en marcha una Máquina
y aquí vamos, preguntando.
de Kostas Vrachnos, El hambre del cocinero, edición bilingüe. Trad. K. Vrachnos y J.V. Piqueras. Colección Cosmopoética, 2008. Córdoba.

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