Hesperya: manzana del conocimiento


"Ya lo decían algunos, que los tiempos de vino y rosas y de la universidad comprometida y de los alumnos apasionados y con ganas de hacer cosas han quedado atrás. El absentismo en las aulas es cada vez mayor, hay falta de iniciativa, las cafeterías ya no tienen a tipos con barba tocando a Silvio con la guitarra. Sí, señoras y señores, la universidad ha dado paso al trámite burocrática de un título a cambio del precio de unas matrículas y exámenes de rigor. O no. También hay jóvenes a los que les gusta romper los tópicos, que ven su facultad más allá de las paredes, el mármol y las referencias bibliográficas. Más allá encuentran el poniente, y con él Hesperya.
No fueron los grises quienes irrumpieron en el aula el primer día de curso mientras los alumnos de primero de Filología Hispánica conocían el temario anual de Latín. Bajo la consigna de “Arte en pie de guerra”, varias jóvenes, con ropas militares, improvisaron un ficticio secuestro que dejó con la boquiabiertos a todos, incluido el poeta Aurelio G. Ovies, quien estaba dando la clase en ese momento hasta que una falsa pistola le apuntó la sien. “Con las prisas se nos pasó avisarle de que íbamos a montar la performance en su clase”, dice Alba González Sanz, una de las coordinadoras de Hesperya. Así fue el comienzo de curso para la nueva hornada que puso los pies en la facultad, y de este modo presentaron el segundo número de Hesperya. “Conseguimos que le dijeran al profesor que la universidad es la leche” recuerdan ahora, con casi todo el equipo reunido junto a unas cañas y los ánimos centrados en el cuarto número.
Todo surgió a principios del año pasado. Antes de la palabra hespéryca, existía en el Campus del Milán un pliego literario, Versativa, que tan sólo esperaba ya una muerte digna y abandonar la respiración asistida con la que había existido. Julia, Alba y quienes se fueron sumando al proyecto decidieron reanimar aquel espíritu pero con una trascendencia más allá de lo poético o literario. Tomaron como referencia publicaciones como Eventual, en Turón, o La Vega, del propio Campus, y decidieron pautarse una serie de normas y condiciones para crear una revista personal y con capacidad de evolución. Cada número sería temático, pero eso sólo condicionaría los artículos: la ficción, ya fuera en prosa o verso, estaría totalmente al margen de reglas, al menos de las impuestas por el consejo de redacción. Ya darían cabida a temas de la actualidad cercana y muy concreta: la Semana Negra, el Festival de Cine… Probablemente por esto de situarse y ser consciente del entorno y lo que ofrece, en Hesperya no pretenden encerrarse en sus propias ideas y mantienen los ojos muy abiertos y la dermis muy sensible a todo lo que puedan encontrar y merezca la pena.
Los tres números publicados hasta el momento han tratado sobre el viaje –como un motor de huida o continuo retorno, o búsqueda, quizás-; el arte y su fuerza beligerenante, capaz de cambiar las cosas; y las lolitas, o todas esas musas o iconos que en algún momento se han visto forzadas a que las pinten así, igual que todas aquellas que sin que nadie se diera cuenta supieron, con la habilidad del personaje nabokoviano, volver todas las situaciones favorables el tiempo que fueran capaces.
Para este último número han contado con la buena maña de una joven catalana, Mayka Dengrá, que supo plasmar una visión muy personal del mito de Lolita. De hecho, y hasta el momento, en Hesperya han mostrado una especial preocupación por el mundo del cómic, solicitando a dibujantes, como el autor de Arbillos y Cambotero, Enrique Vegas, trazos para sus portadas. “El cómic no necesita defensa, que diría Taibo II, pero a nosotros nos pareció bien hacer esto” explica Alba mientras apunta que esta es la disciplina artística que la universidad ha dejado más de lado.
Cuentan también con colaboraciones no visuales, de creación literaria y ensayo. Autores de la talla de Hernán Migoya, Jesús Palacios o Luis Deltell han escrito artículos para la revista, al tiempo que Chus Fernández, ganador del Asturias Joven 2001 de Narrativa y del Tiflos 2003, publica un relato en cada número. Dentro del apartado Versativa, que rescataron con el ánimo de reanimar a un pájaro caído que había perdido el trino y las alas, firman poetas como Carlos Iglesias –ganador del Premio Voces del Chamamé 2004-, Jose Luis Sevillano –cuyos poemas están recogidos en la publicación Poesía en Valdediós [IV]-, o el cantautor Alfredo González entre otros."

Este es un extracto del artículo publicado en OviedoDiario el pasado sábado 13. Quienes quieran saber más acerca de esta gente y sus iniciativas que echen un güeyín por http://hesperya.blogspot.com
Y como dicen eso de una imagen y las mil palabras, dejo por aquí el trabajo de un duende.

3 comentarios:

Alba | 15 de enero de 2007, 11:38

Gracias Sof! Divertida la foto de Oviedo Diario, da la sensación de que nos habéis alargado y parecemos chinos por efecto del sol. ¿Tendrá algo que ver la nacionalidad del gato increpador?;)

Anónimo | 15 de enero de 2007, 13:10

prueba de como funciona...dios k penita mujer...jeje...olga

Anónimo | 15 de enero de 2007, 13:56

Suerte a estos jóvenes "letraheridos" en su aventura. Sine estudio et ira, como reza en su primer editorial, creo recordar.

Prometo visita diaria, a cambio de conversación y vino, pero eso ya lo sabes.

Ya revienta en las esquinas de algunas calles la primavera toda. Para ti.

pD. Los besos también para Olga si es mi paticora favorita, sino...también.