Alfredo Gonzalez en OviedoDiario
Aquí el reportaje que sale hoy en OviedoDiario, en la nueva sección de Tendencias:“Me considero cantautor porque también lo es Rosendo Mercado”
Dice que el rock no es un estilo de música, sino un modo de vida. Quizás por eso le gusta autodenominarse golfo, aunque sólo sea porque de vez en cuando violenta poemas y los hace canción. Alfredo González tiene en los dedos algún rastro de nicotina y, serigrafiado sobre las yemas de los dedos, los acordes para la canción más bella –que siempre es la próxima. Ahora vive los días de encierro en el estudio, pero siempre queda tiempo para una entrevista. Él tiene la fórmula mágica para convertirlo todo en una nueva letra para su música.
Desde La vida de alquiler, 2004, Alfredo González ha dado conciertos por Asturias y por distintos puntos del panorama nacional y las canciones nuevas se han ido, poco a poco dando a conocer. Ahora, y de nuevo en los estudios Miler de Mieres, el cantautor de Turón volverá a usar la palabra y la voz para contar las historias que acompañan todos los viajes.
“En esta grabación hay más raiz rock, a lo Tom Petty o Jackson Browne, y a la vez más influencias heterogéneas, como el flamenco o la bossa” dice González que admite que no sólo escuchar sino conocer, y compartir escenario y piano con Quique Gonález, le ha cambiado mucho en su forma de componer. “Soy pianista desde hace, sin exagerar, veinte años, y no me había atrevido antes precisamente por el respeto que siento por el instrumento” y sin embargo, más del cincuenta por ciento del disco está compuesto para piano, al margen de acompañamientos posteriores. “Te cuesta poner el piano a tus composiciones después de interpretar a Chopen o a Hayden “ dice, mientras reconoce que ahora juega, y se divierte, componiendo.
Lo cierto es que Alfredo González no es el cantautor típico, en el caso de que eso, realmente, exista. “Me considero cantautor porque también lo es Rosendo Mercado.” Lo es, esto de cantautor, en su sentido más etimológico y le molesta mucho esa actitud peyorativa que parece ir con el oficio. “Yo no soy un plastautor, y lo único que tengo que ver con Fran Perea es que los dos tocamos la guitarra”. Alfredo González va más en la línea de sus satánicas majestades y sabe que el rock, más que un estilo de música, es un modo de vida.
Sus letras dejan ver más allá. En muchas, recurre al cambio de prisma, y se cuentan desde el punto de vista de una mujer. “Siempre me gustó intentar ver las cosas desde el punto de vista de una mujer. No es hembrismo.” En todo caso, feminismo ya que reconoce que esta, junto con el eclecticismo, son sus dos filosofías de vida. Así es que puede, en “Escrito en servilletas” hablar de las gafas lilas sin problemas, sabiendo que le entienden quienes quieren, queremos, entenderle.
Tiene Alfredo González esa virtud: llegar a quien le quiere oír y a quien le quiere escuchar –dos verbos que no siempre se juntan. El disco que estos días graba suena un poco a Browne y un poco a Fito Paez y uno poco a Quique González y, en general, un poco a lo que él lee y a lo que él escucha. Pero, sobre todo, este disco suena mucho a Alfredo González, el hombre que sabe la fórmula para hacer canciones de la vida.
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