Un poema de Víctor García Méndez


Apagas
para siempre
la sed de tus latidos,
la luz tenue que enciende
el túnel de la noche.

Escondes
sin embargo
el frágil corazón
de quienes quedan.

de Epitafio de primavera, Hesperya, 2oo8.

1 comentarios:

Anónimo | 17 de octubre de 2008, 1:00

¡Madrugadora!
Me prestó mucho verte ayer ;-)
Un besín