Desencanto

Desenterró su cuerpo. Pidió un poco
de luz.
Entendió que nada había cambiado.

Cogió una rosa. Se empapó con la lluvia,
acarició la tela de la tarde,
escuchó el mirlo
y prefirió seguir tumbada entre los muertos.

de Aurelio González Ovies, Esta luz tan breve [Poesía, 1988-2oo8], Saltadera, 2oo8.

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