Homenaje a la canción francesa

Mi madre me decía
que hablar francés era algo más
que escuchar a Jacques Brel
o imaginar a Edith Piaf
cantando su melancolía entre
las luces y las sombras y el humo
del escenario cansado
del Olympia.

Yo le respondía que Piaf o Brel
eran todo el francés que una persona
podía desear. Y también le dije
que un día, le mandaría desde París
una foto de Sena
y le escribiría:
Los ríos y el tiempo todo se lo llevan.

Hace ya tiempo que olvidé quién
era yo. Nosotros, los de entonces,
ya no somos los mismos,
aunque a veces nos guste una canción.

Mañana cantarán para mí;
porque es verdad
que hay canciones más eternas
que la propia muerte.

Edith y la tristeza azul.
Jacques y los besos del atardecer.
Juliette y mi jersey negro.
Charles y tu sonrisa.

Porque a veces una canción
nos evoca un instante;
nos devuelve un nombre.

Por eso os amo.
Esas son las razones.

de David Alonso Cuervo, Árbol frutal, Universos, 2oo8.

2 comentarios:

Stalker | 26 de diciembre de 2008, 8:58

Lástima que siempre, contra viento y marea, en prensa, poemas y dondequiera, se olvide a la autora de canciones e intérprete más grande de la chanson (con permiso de la también inmensa Piaf): Monique Andrea Serf, aka Barbara.

Ni siquiera un poema ha podido rescatarla. Una pena...

salud

Anónimo | 26 de diciembre de 2008, 15:31

Mañana cantaré por ustedes todos, a la orilla del Sena.
Tienes que dejarme este libro o decirme donde lo consigo, o algo. Me muero de curiosidad.