Cómo prestan las comidas de verano


Entre estos días de trabajo incansable y jaleos variopintos, darle al pause y disfrutar de la conversación y de esta villa marinera no tiene precio. Igual que esta instantánea (en el mismo instante en que Saúl Fernández sopló ayer tres velas, que no significan ni tres ni treinta y tres años, ya lo digo) que tenía que subir porque lo prometido es deuda, y el dueño de la otra mano que porta el platito de café sin café, Alejandro M. Gallo -que este viernes presenta su última novela en la Semana Negra, y de la que ya lleva vendidos 5000 ejemplares, (y en Mieres ni te cuento...)- solicitó encontrar tal documento gráfico en este humilde blog.
Me reencontré con Eduardo San José, al que no veía desde hace unos años cuando le entregué un examen de literatura hispanoamericana del siglo XIX, y al que la impronta le sienta divinamente (vamos, que lo vi muy bien). Y siempre es un placer charlar y llingüetear al cerillu sytle con Paco García Pérez, que encima llegó con regalos y metió al señor Penna en mi casa.
Que así da gusto.
Y que a ver si llegamos al viernes.
No sabría en qué sentido apostar, really...

1 comentarios:

Jenny jirones | 15 de julio de 2009, 5:43

Releo esta entrada que no modifico en honradez con mi estado (esto de hacer vídeos en formato "no verbal" dificulta la expresión, doy fe) y me da que no se entiende un pimiento.
Así que dejo aquí la ubicación de una mucho mejor escrita y mucho más divertida, del gran Paco:

http://pacogarciaperez.es/2009/07/14/comer-con-los-amigos/

hale.