Encontraron el cuerpo esta mañana
atrapado en un prisma de deseo,
la camisa arrugada entre las manos,
grumos de halazepam bajo la lengua.
Kale se fue, pequeño y silencioso,
un pulmón encharcado de tristeza;
tierno como una flor de plastilina
no resistió el verano.
Su piel tenía el color de las paredes:
cisne de cal en el estanque sucio
de la vida.
de José Daniel García, El sueño del monóxido, DVD Ediciones, 2oo6.
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1 comentarios:
qué desamparo, como el cielo hoy aquí
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