Nadie acertó a dar al pianista

Que suenen las paredes como hace un año, cuando son otras paredes. Que se llenen los espacios con lo mismo (menta, silencios, oxígeno), que el cine sea pequeño y doméstico. Que el pianista corra y nadie le dispare porque, perdido por perdido, su destino es irse lejos y, al tiempo, permanecer.