Nadie hablará de nosotros cuando hayamos muerto

así que mejor empezamos nosotros ahora.

Quizás no era la actitud adecuada. Esto era: dejar que las cosas hablen por sí mismas, confiar en que se elige el soporte adecuado para cada mensaje. No tirarse el moco. No echarse pisto. No hacerse el guay. Sí tener abuela.
Quizás había que transcribir tanta reflexión de fondo, tanto trabajo de base. Contar. Venderse. No, no es venderse. Ah. Es marketing. El marketing yourself. Es que si yo quisiera vender, ponía una tienda.
[Acaba de llamar Calle 13, que no le plagies más.]
Eso. Que quizás no era la actitud adecuada. Que quizás también podemos contar qué hay detrás de los trabajos. No las anécdotas. No cámaras que vuelan o rodajes accidentados. O ideas de bombero a las que no sabes cómo decir que no, que ni de coña, que eso no sólo no se puede hacer sino que no te da la gana hacerlo.
Contar lo que hay detrás. El concepto. La idea de fondo. Las preocupaciones. El por qué. A veces no todo lo va a decir el trabajo que hagas. A veces hay más. Para eso se hacen entrevistas, ¿no?
Ah. No. Que son para promocionar.

Pues como está lleno el anonimato de genios, nosotros le echamos morro. Y contamos.
Y quien quiera, que lo lea.


(donde dije anonimato Soseki quiso decir ciberespacio, pero no genios)

1 comentarios:

Anónimo | 12 de diciembre de 2010, 15:38

Buen, pues vale.
Y lo del rey, que va a abdicar, ¿qué?