Rajoy y el padre, el hijo y el burro

Durante la rueda de prensa en la que Rajoy (ese señor que preside el gobierno del país en el que de momento vivo) se ha vanagloriado de la estupenda línea de crédito que ha conseguido para solucionar los problemas de España, el gallego me ha recordado, al responder a una de las contadas preguntas que se pudieron hacer, un cuento.

El del padre, el hijo y el burro.

Más que un cuento es una historia de esas que te sirven para aprender alguna lección (moral o de hakuna matata, según se mire). Un padre y un hijo se desplazan con un burro. Al ir el padre sobre el burro y el hijo andando, le recriminan al primero que sea él quien monte el burro. Al cambiarse, y ser el hijo, las gentes con las que se cruzan le recriminan al hijo. Los dos subidos al burro son criticados porque pobre burro. Y cuando los dos caminan junto al burro son el hazmerreír porque para qué quieren entonces un burro.

Mariano Rajoy expone con (cito) "meridiana claridad" que hiciera lo que hiciese sería criticado. Se refiere a su asistencia al partido que hoy juega en Polonia la selección de fútbol española. Y no se refiere a que ayer no hiciera él, como principal responsable y representante (¿era así, no, democracia representativa, lo nuestro, no?) político, el anuncio de la nueva situación -de la que, por otra parte, ni se ha informado en condiciones entre tanta palabrería eufemística y tanta pamplina. 

Casi nos podría dar pena. 
El pobre Mariano haga lo que haga será criticado. Qué país cainita éste. 
Qué más se puede esperar de él, que está atado de pies y manos por los Mercados, por Europa, por Merkel. 
Qué puede, pobre, más que lamentar no ofrecer su apoyo también al tenis español, que se pierde a Nadal. 
Qué estamos esperando, qué pretendemos, panda de criticones envidiosos o utópicos todos. 
¿Que gobierne? 
¿Que nuestro estado no sea una filial de un no-estado económico? 
¿Que igual que considera fundamental apoyar a la selección de un deporte apoye a los investigadores que trabajan para encontrar respuestas frente a las enfermedades, los problemas o las crisis? 
¿Que no hipoteque (¿es una línea de crédito, no?) a una población en pro de unas empresas determinadas?

Mariano sube a sus amigos en este burro cojo y sucio, y si le dicen algo responde: hiciera lo que hiciese me criticaríais, así que hago esto

Y digo que los sube al burro, porque este carro en el que van es además tremendamente analfabeto. 



Y, gente, eso no es un problema. Es un problemón.



0 comentarios: