Reparto de personajes (o lo poco que se curran el cuento)

Mi abuela siempre me describe la misma escena. A alguna edad, de la que no tengo memoria, mi juego habitual era coger a los muñecos, desnudarlos y colgarlos de los barrotes de la escalera de La Quintana con los insufribles lazos que me ponían en el pelo.


Amanece el día en que supuestamente (diagnóstico de unos, rumor para otros) tendrá lugar el Rescate, para dejar así de ser una sombra de desánimo y sumarse a esta realidad cochambrosa que nos va viviendo a diario. Y me pregunto quién es quién en esta historia.

Ya que la palabra "rescate" la ponen ellos (largo sería hablar del ellos, lo único claro es que no somos nosotros), es lógico preguntarse a quién. Quién ¿es país, es banco, es gobierno? ¿Es, mejor dicho, aquellos que componen dicho gobierno? Con todo, el rescatado no es el personaje más malogrado de la historia, al fin y al cabo existe cierta tranquilidad en sentirse princesita en apuros cuando se intuye, o así te lo dicen, un final feliz de rescate in extremis.
Quién rescata es otro personaje difuso, pero como las hazañas han de ir firmadas cuenta con buen casting previo. ¿Rescata Europa? ¿Rescata el FMI? ¿Rescata la Merkel a regañadientes y con sus condiciones porque Obama le ha dado un toque? ¿Rescata Rajoy de la herencia de Zapatero, porque aún estamos a tiempo de que esto no parezca todo lo malo que se entendía que iba a ser cuando se negaba reiteradamente casi sin que nadie preguntara?
Y aún así, falta por ubicar al tercer activo en una historia así. A esta princesa de identidad difusa que espera al caballero ya en lo alto de un torreón, ya en una cueva, ¿quién la ha secuestrado?

¿O es posible rescatar algo que no se ha secuestrado previamente?

¿Es posible que la princesa se autosecuestre? ¿Que ande tan perdida por la vida y por el mundo que ella solita se ponga en esa situación sin ayuda de ningún tipo ni personaje que ponga voz y cifra al rescate?

¿Nadie pensó en que tenía que haber un malo reconocible, una mano oscura a la que perseguir en justicia, si se contaba el cuento del rescate?


Amanece así y me acuerdo de aquella macabra escena que me contaba mi abuela, o más bien de su relato, porque ya digo que yo no tengo memoria de haber hecho tal cosa (colgar con lazos algunos juguetes y dejarlos ahí, colgados).
Por lo visto, no sabía muy bien con qué fin lo hacía. Y no me molestaba en descolgarlos, le dejaba esa tarea a mi abuela, quien ya al margen del juego desataba los nudos de los lazos de raso pensando en si esa niña estaría bien de la cabeza.
Dentro de aquel juego yo no era ningún personaje y dentro de aquel juego nadie salvaba a los muñecos en apuros.

Desconozco qué daño puede hacer a unos objetos de plástico con pelo artificial el no entender los roles de su historia.

El daño de los cuentos que nos cuentan, y nos viven, será cosa de ir viéndolo...

1 comentarios:

job | 9 de junio de 2012, 0:54

Y fueron felices y comieron... lo que buenamente pudieron pero transgénico.
Que no nos cuenten más cuentos.