Fringe, o las cosas se acaban

Hace cinco años me entusiasmaba con una serie que hacía funambulismos con la ciencia, se subía al trapecio de la ciencia límite y me enganchaba con un personaje complejo e interesante interpretado por una mujer (qué rareza!). Recordaba continuamente fragmentos de una novela que había devorado: Zig Zag, de José Carlos Somoza. Pensaba esto de la física teórica cómo me pone, oye
Hace cinco años, y hace tres, y hace dos, no imaginaba este final. 
Ha sido el último capítulo de Fringe como el adiós, ya nos llamaremos que se dice al final de una relación que no sólo ha capitulado sino de la que ya se ha hecho funeral y cabo de año, incluso. Un "it´s done" enunciado con emoción fingida por el guionista de turno. Un tachar en la lista de cosas que hacer en la vida: una menos.
Ya no me pilla de sorpresa, diré en mi descargo. El final de Lost fue una sensación descafeinada, que al principio maquillé con cierta indignación, por sentir algo. 



Quizás los finales de aquello que dura más de un fin de semana sean así siempre. El tiempo es inversamente proporcional a la catársis. Resolver las tensiones épicas todo lo contrario a resolver las tesiones vitales.

1 comentarios:

Anónimo | 17 de junio de 2013, 3:12

http://www.youtube.com/watch?v=0lyQAPEMzaM
=)
y este personaje también merecía la pena!
"El tiempo es inversamente proporcional a la catársis." Tocado y hundido!
Un placer continuar leyéndote también fuera de libros, queremos más!