Joan Margarit entonces, ahora

Al final del verano de hace siete años leí sin parar Casa misericordia. Recuerdo que caminaba todo el paseo del Muro, llegaba hasta El Rinconín, me acercaba a las rocas y empezaba una y otra vez un libro que me estancaba la saliva hasta que -y tenía que pensar conscientemente en ello- me decidía a tragar.
Tenía 23 años. No tenía un hijo. No sabría decir qué tenía entonces. 
Pasaba las tardes alejándome todo lo que podía de no sabía muy bien qué y leyendo una y otra vez aquellos poemas de Joan Margarit. 

Hoy tomé de la pila de libros por leer que tengo desde que tengo un hijo la publicación que la Asociación de Escritores Extremeños hace con mimo, en la que están sin duda muchas de las voces más valiosas de nuestro tiempo, con los poemas de Margarit. Hoy que palidezco cuando mi hijo corre por el mismo paseo por el que yo me alejaba, en sentido contrario, y pienso que si corre así no lo alcanzaré, que ya corre como si no pudiera alcanzarle; hoy, digo, encuentro aquel dolor como un músculo entrenado del que habla Margarit, el que encontraba entonces. 

Y encuentro también esa paz extraña, por ser tan cierta. La que encontraba entonces. 

Casi nada es como hace siete años. Y al leer estos poemas no me siento en absoluto distinta. 


0 comentarios: